La crisis de los padres en la adolescencia de los hijos |
La crisis adolescente es seguida por la crisis de los padres, ya que los cambios en el comportamiento en la adolescencia ponen a prueba los proyectos y deseos depositados en los hijos aún antes de su nacimiento.
Por eso, debemos realizar una especie de duelo por el hijo ideal, una figura que nunca existió ni existirá, resultado del narcisismo y las expectativas de los adultos.
La crisis de la adolescencia
La crisis de la adolescencia, tiene sentidos diversos en el imaginario colectivo. Tanto la opinión pública como la científica, la describen como un periodo de crisis individual, de conflictos y de tensiones, como si atravesarlo significara remitirse, de manera natural y sin remedio, a una etapa negativa y problemática. Desde el punto de vista psicológico y médico, la adolescencia implica un proceso con actos de rebeldía y contradicciones y sin duda, poblado de situaciones de mayor o menor intensidad de conflicto.
Para los padres la adolescencia es un nubarrón amenazante, aviso de tempestades en las relaciones familiares cuando sus hijos recién comienzan a dejar la niñez. La crisis de la adolescencia es el resultado de un conflicto interior de un joven que tiene la facultad de pensar y la incapacidad de decidir de un niño. Y muy duros, y largos, son los primeros años de pubertad, después de los cuales todo parece volver a la normalidad y los padres creen haber recuperado al hijo tranquilo de los años previos, aunque en realidad ese hijo ya no es aquél niño idealizado.
La sociedad adulta en general hace responsable a la adolescencia de males diversos y variados y los propios adolescentes describen con increíble propiedad los trastornos que ocasiona. Los adolescentes son las víctimas principales de los problemas más serios de nuestra sociedad como la violencia, las drogas, el SIDA y las muertes de causas accidentales en el tránsito. Actualmente, este mito alrededor de la adolescencia es puesto en tela de juicio por muchos investigadores y la crisis adolescente no debe ser planteada, necesariamente, como problema ni debilidad, sino como un proceso imprescindible para el surgimiento de la persona adulta. La adolescencia es mal natural, necesario y pasajero.
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