Este tipo de experiencias es preciso abordarlas con lucidez pues el hecho de que una vez no haya salido bien, no sentencia a la pareja de por vida, aunque sí podría desatar, en ciertos casos respuestas fisiológicas y psicológicas desagradables que ocasionalmente deriven en frustración, anorgasmia, hasta fobia al sexo.
Tensión en la primera relación sexual
Cuando una chica no consigue superar a tensión natural de los primeros minutos, su vagina se lubrica menos y en lugar de estar relajada y flexible, ésta se estrecha y endurece. En esos casos, se suele arquear la espalda, contraer el cuerpo, especialmente las piernas que tienden a cerrarse.
Así es difícil conseguir un coito placentero, por eso lo mejor será parar, conversar, acariciarse mutuamente y decidir si es ese el momento para concretar la “entrega” que más que prueba de amor es también la respuesta a un momento de madurez biológica y espiritual que no debe ser forzada.